hace mucho que no escribía.
y en ninguna parte,
ni en el blog,
ni en papeles,
ni en mis libretas,
ni en el celular,
ni en una servilleta,
gracias Diosito por volver a sentir las ganas de escribir y llorar.
Desde el año pasado hasta hoy me han sucedido demasiadas cosas bastante impactantes, de pasar a ser una estudiante en una ciudad desconocida a ser mamá y volver a mi ciudad natal, de estar rodeada de mucha gente a sentirme sola, de tener muchas ganas de amar a sentir que a ratos amar realmente es una gigantesca paja.
No escribo bien, pero siento que al menos estas reducidas palabras pueden apaciguar la desesperación que llevo dentro. una desesperación que aprieta tan fuerte mi corazón que me da miedo que mate la última mariposa que guardo en el.
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