No salgo mucho por las noche el exceso se alejo de mi higado y de mis pulmones, ya no me interesan como en unos meses del año pasado, que lograron ser el centro de mi olvido inmaduro, por un nene infantil. No me interesa tener algun amor veraniego, de hecho nunca he sido de amores de veranos, solo de amigos de verano. No me interesa parecer divertida ni bonita ni interesante, de hecho ni lo soy.
Soy una chica que le han sucedido tarde las cosas.
Me encanta tomar té en las tardes y pintarme las uñas de algún color extravagante, suelo mirarme los pies y mover los deditos con timides. No tengo muchos amigos y no me quejo, no soy el alma de las fiestas ni escucho musica entretenida, no me gustan chicos guapos y tampoco me fijo en ellos, siempre me atraen los introvertidos o los que tienen algun defecto para quienes los miran, mi mamá dice que me gustan chicos con algun drama personal.
Lo que busco no lo encuentro y a momentos me desiluciona, talvez nunca lo encontraré, me canso de mi, me canso mucho.
No me gusta fumar cigarros y no pretendo pertenecer al club de quienes disfrutan los cigarrillos en dias y noches. Me llama la atencion en la forma en como fuma la gente (soy fijona), existe una infinidad de actitudes con el cigarro, es entretenido como te ofrecen un cigarro como los sacan, como lo prenden y como botan el humo. Si yo fumara cigarro me gustaría que me lo prendieran con un encendedor taquillero y de una manera bien coqueta.
Me gusta tomar jugo de naranja y sentarme en la terraza buscando algo para leer, me gusta salir por las noches con una botella de naranja en la cartera, me gusta maquillarme y pintarme los labios de un rosado liviano , creo que soy demaciado hogareña. Creo que soy muy fome, muy muy fome.
El deseo más profundo que tengo por estos días, y el que siempre saco en mis conversaciones familiares, es tener una casa en otro pais, de colores llamativos y claros, estar en un barrio tranquilo de alguna ciudad nueva, cantar canciones, bailar en las mañanas con el sol golpeando en la cocina, mientras una infusión de frutos rojos cubre cada rincon del hogar con su sabor duce.
Por ahora solo quiero ser feliz con mi locura infantil, me conformo con canciones nuevas y de melodias serenas. Espero un lindo y apasionado compañero que solo esté dispuesto a jugar mi juego y yo creer en el suyo, sin pensar en nadie más que nosotros dos y una mascota callejera.
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