Ella es una eterna joven, estudiante de alguna carrera relacionada con las letras y los dibujos, él en cambio es estudiante de la vida y de la ciudad, amante de las letras y labios.
Me gustaría unir a estos personajes rápidamente, llevarlos a alguna encuentro fogoso nocturno o diurno, en donde follen y se despierten con la confianza necesaria para dejarse mirar desnudos, y con el deseo de seguir bebiendo y bailando. Pero creo que tal vez sería mejor que no.
No se conocían mucho y fue una especie de suerte encontrarse, tal vez no lo fue, solo circunstancia musicales.
Ella de negro con medias fuccias, él no se sabe ( no sé con que ropa lo vestiré, bueno da lo mismo).
Ella : por su mirada esquiva dedujo que él no sería algún encuentro de un solo día, siempre piensa que esas persona que no miran del todo en una conversación a la primera, es porque esconden pequeñas cosas que son bien sencillas de deducir y bien atractivas para descubrir. Siempre se despertaba con encuentros casuales en la cama y con el maquillaje corrido, no se le ve mal. Él: por la personalidad dispersa de ella, se dejo conquistar y a ratos hasta la extraño, raro tanto para él como para ella.
Entre el vino y las letras se besaban, eso parecía.
Ella en momentos solo tenia ganas de besarlo y que el amanecer los descubriera en alguna calle vacía con el frió húmedo del mar, él quería seguir buscando respuestas en ella, algunas manos para no sentirse tan lejos del mundo, ni tan solo, y unos cuantos besos para compartir.
( a ella le pondremos de nombre Brancesca y él Diego)
UNO , DOS , TRES.
Continua
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